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lunes, 13 de agosto de 2012

De vecinos y animales

Huyendo de la desfachatez, sinvergonzonería y malos modales de mis vecinos me he venido a Málaga. Lamento que ellos ganen la batalla, pero como la venganza es un plato que se sirve frío, espero con ilusión a septiembre, momento en que su bolsillo quedará más que dañado, y por tanto, momento en el que nosotros ganaremos la GRAN GUERRA.

No voy a entrar a relatar las vicisitudes - ¿Qué digo?: el tormento- que esta gentuza nos está haciendo pasar, porque entre otras cosas muchos de vosotros ya habéis sido consejeros, hombros en el que llorar y futuros asesinos a sueldo. Agradecemos que hayáis puesto a nuestra disposición diversas armas de fuego, katanas y perros de razas extremadamente peligrosas, así como que os hayáis prestado a cagaros en su puerta, prenderles fuego el felpudo y arruinarles la cerradura de su puerta blindada con litros de superglue, pero la trayectoria que hemos escogido finalmente ha sido la del dialogo, con la policía claro y con el dueño del piso que les acoge de forma ilegal, y que sin duda nos escuchará y resolverá la situación. Que yo lo se, que poderoso caballero es Don Dinero.

Así que como el infierno es tal y antes de recurrir al arsenal que me ha sido propuesto, me he venido a casa de David. Donde todo es paz y armonía.

Creedme que es más que placentero dormir en una habitación situada en lo alto de una residencia de animales. Acunada por los guaus de 180 perros, los miaus de 200 gatos, los kikirikises de algún gallo de la zona y los hellos de un simpático loro inglés abandonado aquí a una magnífica suerte. Todo mejor que la panda de miserables (que no animales, ¡ya quisieran ellos!) con los que nos ha tocado la desgracia de convivir. A uno de estos animalitos jamás se les ocurriría de forma deliberada alcoholizarse y ponerse a cantar canciones patrióticas a las cinco de la mañana. A mis vecinos sí.

En fin, perdonad que me desvíe del tema: que ayer llegué a Costa Pet. 

David fue a recogerme al AVE, y anduvimos por la feria de día, ya de noche, hasta las tantas. Hoy ha tocado reconocimiento de la zona e intento de robo (azuzada por mi hermana) de varios cachorros. También  hemos ido a la playa, y sin llegar a quedarme en bikini ya estoy quemada (quizá el tema vecinal se manifieste por este lado).

Os dejo algunas fotos de varios individuos residentes en la actualidad en Costa Pet, por si os enamoráis de algunas de estas criaturas o decidís tener un colega que se cague en la puerta del vecino por vosotros, que siempre es más discreto que hacerlo uno mismo. ¿no?






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