Pues sí, ya se que aquí me argumentarán: " Te gusta el otoño porque naciste en otoño". Meeec. Error, porque aún me gusta más el invierno. La idea es la siguiente: cambio playa paradisiaca en agosto, por paraje maravilloso de montaña perdido de la mano de Dior a principios de diciembre. Pero vamos sin dudarlo. Ponerme yo un bikini, pudiendo estar divina con plumas, forro polar, bufanda y gorro.
Y lo siento por mi coche que sueña en convertirse en 4x4, el pobre, que nos mira a veces con los faros desorbitados... "En serio, ¿qué por ese camino de cabras me vais a obligar a pasar?...Pero a ver cómo le explicas a un utilitario lo que es una pista forestal...y que al final el esfuerzo merecerá la pena. Nosotros ahí como Heidi y Pedro del valle a la montaña, y el pobrecillo lamiéndose las chinillas de los neumáticos, pensando que el único que hace senderismo allí es él. Y razón no le falta.
La cuestión es que este finde nos fuimos de casa rural. Nos hospedamos en Campillejo, desde donde comenzamos una ruta que nos llevó por los pueblos de arquitectura negra, en Guadalajara, una zona tan bonita como deshabitada. Imagínen, una extensión de 900 km2 (a groso modo) y no más de mil habitantes, así sin desmembrar a nadie, podríamos decir que la densidad de población es algo más de una persona por km. Solos estábamos en el valle, que parecíamos un anuncio de esos de "¿Te gusta conducir?".
Total, que nos movimos arriba y abajo por el macizo de Ayllón, paseamos por el Parque Natural de la Tejera Negra en busca de un hayedo centenario, localizamos iglesias románicas y anduvimos buscando un par de pueblos abandonados, de los cuales ya mostraré la fotos. También aprovechamos para comernos todos los bichos que habitan esos montes; jabalíes, ciervos, perdices... Y hasta un cabrito asado que pasaba por allí.
Dio mucho de sí el fin de semana, pero empezamos por "Los doce robles" la casita donde nos alojamos. Miren esos colores. ¿ De verdad, no les gusta el otoño?
Y lo siento por mi coche que sueña en convertirse en 4x4, el pobre, que nos mira a veces con los faros desorbitados... "En serio, ¿qué por ese camino de cabras me vais a obligar a pasar?...Pero a ver cómo le explicas a un utilitario lo que es una pista forestal...y que al final el esfuerzo merecerá la pena. Nosotros ahí como Heidi y Pedro del valle a la montaña, y el pobrecillo lamiéndose las chinillas de los neumáticos, pensando que el único que hace senderismo allí es él. Y razón no le falta.
La cuestión es que este finde nos fuimos de casa rural. Nos hospedamos en Campillejo, desde donde comenzamos una ruta que nos llevó por los pueblos de arquitectura negra, en Guadalajara, una zona tan bonita como deshabitada. Imagínen, una extensión de 900 km2 (a groso modo) y no más de mil habitantes, así sin desmembrar a nadie, podríamos decir que la densidad de población es algo más de una persona por km. Solos estábamos en el valle, que parecíamos un anuncio de esos de "¿Te gusta conducir?".
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| Campillo de Ranas |
Total, que nos movimos arriba y abajo por el macizo de Ayllón, paseamos por el Parque Natural de la Tejera Negra en busca de un hayedo centenario, localizamos iglesias románicas y anduvimos buscando un par de pueblos abandonados, de los cuales ya mostraré la fotos. También aprovechamos para comernos todos los bichos que habitan esos montes; jabalíes, ciervos, perdices... Y hasta un cabrito asado que pasaba por allí.
Dio mucho de sí el fin de semana, pero empezamos por "Los doce robles" la casita donde nos alojamos. Miren esos colores. ¿ De verdad, no les gusta el otoño?
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| Los 12 Robles (Campillejo) Fotografía: Sergio Ramirez |
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